Unfinished business

// //

—Estoy volviendo con mi ex.
—Ah.
¿Qué querés que te diga? ¿Qué poronga querés que te diga? ¿Bien por vos? ¿Te felicito? Te mandaría a cagar, mirá. Debería. Eso dicen todos. No lo hago porque no lo siento (y porque no tengo ni llegué a tener nunca la potestad ni el lugar para hacerlo). No estoy enojada contigo. Ni triste. No somos ni fuimos nada. Me da un poco de lástima y todo. No lástima por vos, que sos un tipo inteligentísimo y lindísimo que vale mucho la pena. Lástima por eso que no va a funcionar. Por algo las cosas se terminan. Años la esperaste, decís. ¿Posta? ¿Posta esperaste años por una mina a la que por h o por b nunca le pintó aparecer y en cuanto aparece volvés? Yo qué sé. Qué querés que te diga. Querete y move on. Las cosas se terminan, macho. No sé cómo fue la historia, nunca me la contaste y mejor porque si hay un tema del que nunca me gusta hablar son los ex. Será porque no tengo y un poco, ahora con razón, me preocupan las del otro. Capaz hubo mil idas y vueltas. Capaz la mina es la mejor del mundo y te hace feliz. Capaz es una mina común y corriente con la que seguís enganchado por toda la mística alrededor del primer amor. Espero por el bien de mi autoestima que por lo menos sea la propia. Espero que te funcione. Espero que te salga bien porque si estuviste más de un año tratando de levantarme para dejarme en cuanto apareciera esta mina, que por lo menos te salga bien. Y menos mal que no llegué a meterme en ese mambo. La gente con asuntos pendientes no es para mí.