Ella.

Es así, ella sabe cómo sos y cómo hacerte feliz. Ella sabe que te gustan las tardes soleadas de otoño, si te levantás de buen humor y tomás un té en algún momento del día. Ella sabe tus gustos, tus pasatiempos y hasta podría decir que los comparte con vos. A ella le encantan los clásicos como a vos, aunque ni estés enterado, también le gusta esa música que a muchos les parece "un ruido molesto" y que nadie se detuvo a conocer para juzgar como en verdad se debe. Ella también es amante del té y de la buena y cómoda compañía de alguien a quien se quiere. A ella le fascina el frío y tu sonrisa.

   Y así como ella siente un amor inmenso por tu sonrisa, siente una pena enorme al ver tu tristeza y tu cara de poker, detesta verte mal. Siente que no es útil para vos, ni para nadie. Se siente vacía al saber que no puede lograr sacarle una sonrisa a la persona que más anhela hacer sonreír. Sufre cada vez que vos sufrís por alguien.
   Ella amó cada momento que compartió a tu lado mientras que a vos, en cierto aspecto, te dio igual. A ella se le carcome el alma cada vez que le demostrás indiferencia.
   Ella mintió cuando a los diez años jugando a la botellita se negó a darte un beso. Ella está esperando a que despabiles y te des cuenta que ella, a pesar de ser tu amiga, busca tu cariño romántico. Sí, ese cariño romántico que demostraste con tu primer novia, la cual (obviamente) le fue presentada de manera cortés y amistosa.
   A veces, ella piensa que están unidos por el hilo rojo de la leyenda japonesa y comienza a ilusionarse y fantasear sin siquiera oír las palabras que salen de tu boca. Ella imagina que todo es color de rosa cuando es con vos.
   Cada noche de desvelo, ella se toma el tiempo de dedicarte poemas. Para ella sos una mezcla de poesía, amor incondicional y frustración, todo esto desde hace ya más de unos años.
   Quizás para vos ella sea tu amiga mientras que para ella vos podés llegar a serlo todo. Descuidá, que para cuando te des cuenta ya va a ser tarde.