Porque no somos
iguales, en altura, en peso, en la forma de hablar o caminar. El dinero, el
estilo y calidad de vida; los sentimientos y el pensar.
Porque nuestras
mentes vuelan a lugares donde los demás no pueden llegar. Somos únicos donde
queramos, dentro nuestro o en todas partes.
Porque solo así
encajamos en lugares distintos, siendo nosotros mismos.
¿Por qué forzar
el “ser iguales”? ¿Por qué tratar de cambiar a los demás conforme a lo que
nosotros queremos?
La única forma de
ser iguales, es ser distintos.