sábanas y caricias

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Olía dulce.
No sé si eran las flores de Septiembre
o la cercanía de su piel golpeando mi nariz, abriendo heridas que nunca sanarían al cien por cien.


Préstame atención cariño, que te estoy pidiendo auxilio y no lo ves, paso el tiempo en crucigramas, encontrando las palabras que nos dejen de doler.
¿Pero sabes qué?

Ven y rómpeme el contrato,
ven y fírmame los labios,
ven y agárrame otra vez.
Me tienes rendida a tu favor.
Me tienes queriendo sin querer.



Dame la oportunidad de conocer el lenguaje profundo de las manos.
Dame la oportunidad de que la piel sobrase al querer tocarte el alma.
Lllevo los bolsillos llenos de caricias que mueren por tocar cada tramo de ser.
Quédate, aunque no sea para quedarte, pero quédate, quiero perder la paciencia contigo, quiero dejarte en estado de sitio,
y volver a agobiarme,
y volver a encerrarme,
y volver a ocuparte,
y volver a meterte a una raya de mi piel en tus cinco sentidos.
Resuelve este insaciable sentimiento,
resuelve todo esto que no se va,
resuélveme,
resuélveme... que estoy jodida.