Cae el sol y caen tus brazos desde mis hombros. Todo se desploma al unísono en silencio.
El cielo lo sabe y se torna color rosa. El mismo rosa que tiene ya tu cansada boca.
El sol se quiere esconder al igual que tus ojos de los míos. Y bajan.
Me pierdo sintiendo los últimos rayitos de calor. Tengo frío.
Ya casi no veo. Ya casi no te veo.


vamos queriendo encajar
en diversos estereotipos sociales,
queriendo reconstruir nuestros cuerpos
según las revistas internacionales,

vaciar nuestras mentes y llenarlas
de ideales y pensamientos ajenos,

cada vez vamos siendo menos propios, 

cada vez buscamos nuestras falencias con microscopio,
características nuestras que nos hicieron creer equívocas,
características que se volvieron fatídicas,
ya que claro, es un horror ser raro,
causa tanto temor ser criticado
que sólo vemos como camino acertado
el seguir los variantes creados
por medios de comunicación errados,
por mentes cerradas e ignotas,
pues pareciera que vale más la opinión externa
que la esencia interna;

cada quien quiere encajar,
volverse chiquito y entrar 
en un frasco social imperfecto
que moldee nuestro intelecto,
que no lo deje razonar,
porque el poder de pensar,
el poder de ser capaz de interrogar,
de dudar a toda costa,
es para la sociedad jerarquizada 
un arma que no debe ser empleada;

el poseer educación
llama la atención,
porque con ella se tiene
el poder de decisión,
decisión sobre uno mismo,
ser yo quién decida
sobre mi propia vida
y no permitirle a los demás
juzgar lo que según ellos está de más
en mi existencia,

porque la presencia de cada uno de nosotros
es un ente que debe ser moldeado
al antojo de los poderosos,
quieren que seamos los consumidores
de todos sus antojos,

¡entonces provoquemos su enojo,
quebrantemos sus deseos,
creemos un ideal propio,
uno que no siga la ficción,
provoquemos la revolución!


Y de repente tuve ganas de escribir sobre el inmenso desasosiego que me genera mirarte, y no saber en que estas pensando. O mirarte, y escuchar lo que tenes para decir, creyendo que no es nada pero siempre es tanto, todo tanto. Mirarte, pero perdido por todo lo que generas en mi, que todavía no puedo describir con palabras pero lo intento. Me pasa de mirarte y saber que te estoy mirando a vos, solo a vos, a nada mas que vos en el mundo, sos tu y todo lo que representas. O solo mirarte un ratito. Y ta. No aspiro a mucho tirando unas palabras vacías sobre sentimientos porque no es lo que hago, usualmente le busco el significado a todo y no se que tan bien este eso, pero el hecho de quedar mongólico por lo que cuenta tu presencia me pega en serio, sedado por sentimientos y no mucho más; que no quiere decir poco porque ojo; que sos abundantes cosas esta claro. Una de las características más valiosas que encuentro en una persona, es, realmente, tener contenido, lo interesante que puedas sacar de una conversación casual. Yo no tengo buena memoria pero te puedo asegurar que ningún momento queda en lo efímero, y te pido que me agarres bien fuerte porque esta brisa hace que se me vuelen las ideas de la cabeza, y al final me quedo a solas con mi corazón. Con aquel y contigo.





Perdí el rumbo por tener todos los días la idéntica y constante rutina; de abrir los ojos, vivir mecánicamente la vida, y pasadas unas horas volver a cerrarlos.


Perdí el rumbo por el camino que iba gracias a mis propias elecciones, por no animarme a “pintar por fuera de la raya” en mis dibujos, por miedo a que lo que intentaba mostrar quedara feo a los ojos ajenos.


Perdí el rumbo de muchas cosas en mi vida, porque callé y no pregunté por dónde se salía, a dónde llevaban las rutas que recorría.


Intenté (y sigo intentando) girar el volante completamente de nuevo, y volver a la senda recta por la que iba; pero me vuelvo a desviar de la carretra haciendo zigzag por donde me mueva. Al querer dirigir derecho, lo hago de costado; soy yo quien tiene el poder sobre el vehículo, pero hoy el vehículo me dirige a mí; sin saber con exactitud a dónde ni porqué; pero como si tuviera voluntad propia me lleva, y me lleva lejos de donde quería llegar.


Hoy perdí el rumbo, me salí de la raya, corté la carretera; y me voy a otro lugar.

 Te siento cerca y te miro. Te observo como nunca nadie te ha observado y sonrío. Sonrío porque me es imposible describir que sucede dentro de mi. Sonrío porque no me queda otra, estoy entregado a ti.


Y no es por obligación, sino por convicción de lo que siento por ti, lo que siento a traves de ti. Nunca me lo imagine, y la carta del destino me dice que lo inesperado es más atractivo e interesante.


Lo que me hace sentir esto es mirarte. Mirarte y sentir que mi alma se vuelca dentro de tus ojos y por un momento nos transformamos en una sola entidad que tiene en común un simple sentimiento: amor.

A veces pienso, ¿cómo pudo pasarme a mi? Creo que es porque confíe en ti y confío. Confío a ciegas en vos. Doy todo por entenderte y en ese dialogo de empatias que tenemos diariamente, nació esto. Me pasó porque hice algo que hoy en día se está por extinguir y es quererte sin condiciones, abrazarte con ilusión y sorpendiendote.

Mirame. Mirame como te miro. Sentí como yo siento y vas a ver que este viaje al que te estoy invitando recién comienza.

Confiemos, entendamos, queramos.

En algun momento de nuestras vidas nos sacamos el 5 de Oro, o el mismo nos encuentra cuando menos lo esperemos.


la sociedad dividida,
categorizada,
reprimida;
nos creemos libres,
dueños del pensamiento propio,
nos creemos opio,

droga psicodélica,

nos creemos  seres de otras galaxias,
creemos que el futuro en nuestras manos descansa;
pero marionetas somos
y de hilos muertos colgamos,
con dedos invisibles
nos movemos, andamos;

¡nos pensamos invencibles!

muchas veces nos buscamos
entre páginas de libros,
entre los gusanos;
miramos por la rendija,
de alguna ventana chueca,
tratando de ver por algún orificio
la luz del sol que se aleja,
queriendo buscar claridad
entre tanta ansiedad colectiva;

caminan, caminan y corren,
se chocan, tropiezan, putean,
te miran, te sienten, te celan,
te odian, te buscan, te aprietan,

la sociedad dividida se inquieta,
porque vive buscando a ciegas,
a tientas en una habitación repleta
de muchas mentes que piensan
sin usar la imaginación,
qué viven de la indignación
que causan las últimas noticias
de un canal de televisión;
la sociedad jerarquizada,
bien armada,
estigmatizada,

cada persona sin saberlo,
está categorizada.


Inhalo, exhalo. El aire escapa de mis pulmones haciéndose espacio entre molestos silbidos producto de su mala salud, según personas que dicen saber de esas cosas, es un enfisema; a mi aún no se me ocurrió ni googlearlo. Estoy ocupado escribiendo esto entre el molesto craqueo que se cuela entre mis metacarpos y las falanges, personas que dicen saber de eso viven repitiéndome que es artrosis, pero ahora no tengo tiempo de escucharlos. Estoy ocupado intentando escribir esto e ignorar el frío punzante que siento en los pies, nadie me ha dicho nada de eso aún; pero yo sé que es un signo claro de mala circulación. Saldría a correr, pero no tengo tiempo. Estoy tratando de leer lo que ya llevo escrito entre la mugre de mis lentes, lentes que solo uso porque una vez un especialista me dijo que tenía astigmatismo y aunque no sepa escribirlo bien, supongo que es malo, ninguna palabra con tan fea fonética puede ser buena.

Gracias a estas líneas puedo ver que mi cuerpo no refleja el estado de mi mente, puedo sentir como la muerte se cuela entre mis óseas y poco a poco me arrastra a ella.

En la ruta las distancias se miden en kilómetros, en este caso, en ésta ruta los mojones están cada 365 días, solo para recordárte cuan cerca estas de una entidad antropomórfica que lleva una capa negra y una hoz del tamaño de tu conciencia (llámese Azrael, Shinigami, Tánatos, Keres o domingos de resaca en familia), esa misma entidad encargada de llevarte al pasaje que todo mortal desconoce, pero debe atravesar.

Siempre me causó curiosidad lo que pasa cuando tu corazón deja de bombear sangre, cuando tu cabeza deja de procesar la información, cuando el cuerpo deja de pertenecerte y todo lo que aprendiste o fuiste en éste proceso banal queda inutilizable, me pica tanto la curiosidad que en más de una ocasión miré el suicidio como una idea tentadora.
No me malinterpreten, mi plan no es escapar de nada de lo que me pase en vida, lo veo como un experimento fácil, donde solo necesitas una hipótesis, una cuerda áspera y la habilidad de transmitirle 'lo que hay después' a los mortales.
Pero ¿Quién me creo yo como para privar a la gente de la intriga? Tantas religiones, tantos hombres de ciencia y tantos cultos serían echados a la basura cuando mi soberbia me permita jugar a ser dios. Cuando ésta me brinde la información necesaria como para iluminar los caminos de los demás, cuando les cuente que acá no hay más, que no es tan asombrosa la muerte como parece, que no es más que sentarte a jugar al ludo o las damas con enormes cuerpos rojos de apariencia hostil y mal perdedores.

No les voy a mentir, muchas veces lo he intentado y por factores externos jamás llegué a mi cometido, ya sea mi familia -que no entiende que mi cuerpo colgándo del techo es un lindo adorno de halloween- o molestos doctores que gracias a un juramento -cuyo nombre no recuerdo pero es parecido a 'hipocresía'- creen que pueden robarte la voluntad de descansar en un féretro y sin preguntarte nada te traen otra vez a la pista, pero con muchos cableados y jeringas de por medio; no he llegado al climax.
Pero les puedo decir, por lo poco qué sé, que eso de las luces blancas al final del pasillo, el cielo y el infierno, son todo mentiras de hollywood; lo único que podes llegar a vislumbrar no son más que pequeños túneles donde cabe tu alma y cada uno de éstos te lleva a un destino diferente, como si fuera ese truquito del super mario donde te podes saltar niveles metiéndote a un caño verde mal dibujado donde habita una planta roja que vive con acidez.


Bajo el riesgo de contradecirme por lo que dije renglones más arriba les cuento que a mi concepción la muerte no existe de la forma que la conocemos, porque comúnmente se cree que morir es cuando el cuerpo deja de ser funcional.

Para mi somos más que éste envase, aunque le demos tanta importancia -nos cuidemos, váyamos al gimnasio, nos maquillemos e incluso lo adornemos con prendas que destaquen nuestra personalidad-, no es más que aparentar, aparentar una condición, un status, status que a su vez no es más que un invento de grandes marcas; marcas inventadas por grandes personas que supieron crearte necesidades y vos como un boludo fuiste a solventarlas.
Pero bueno, no es el punto en este caso; me refiero a que no somos el envase, no morimos cuando éste deja de funcionar, morimos cuando nuestra alma/atman ya no tiene nada más que aprender; nuestra vida no son setenta años, son mil y por más de que escapemos de una, si no estamos preparados, vamos a renacer en otra y así sucesivamente. Al menos esa es mi concepción de la muerte y esos pequeños túneles, son el abanico de posibilidades que se nos presentan en el Sattva (así es como elegí llamarle a ese espacio previo donde no somos vida, no somos feto, solo somos energía; ya sé que no significa plenamente eso, pero es mi texto, no el tuyo). Y cada uno de esos túneles desembocan en un útero diferente. En una vida diferente, en un envase y un contexto diferente.

¿Vos elegiste bien tu túnel?


Me siento envuelta por dos sogas
que tienen impreso en ellas
el correr del tiempo,
el futuro incierto;
contienen el pasado,
los días errados,
contienen el presente,
con las lluvias en mi mente,
contienen fragmentos del futuro,
lo veo todo tan oscuro;
esas sogas me aprisionan,
me envuelven,
me asfixian,
me tapan y me someten;
siento que dependo del pasar del tiempo,
siento que me pierdo horas importantes,
a veces hay días que no hago nada interesante,

¿el tiempo puede perderse? 
¿todo aquel pasado, ya se perdió? 
¿de algo sirvió? 

a veces me dicen que no aprovecho
el tiempo que corre, que camina, que escapa,
a veces quiero retenerlo, estirar mi mano,
parar su trayecto,
pero todo es en vano;
él se va, no regresa,
y cambia mi vida,
y acorta mis días,
y hace que mis pesares se vuelvan más tediosos,
y que mis alegrías metamorfoseen en estrellas fugaces,

¿por qué será el tiempo tan mezquino? 
¿por qué lo consideramos tan dañino? 

le temo al tiempo,
pero no a la idea de él,
sino a lo que éste implica,
a las subidas,
a las bajadas,
a la madurez,
a la vejez;
a veces me pregunto si le temo a la vida
o a lo que ella hará de la mía.


El niño temblaba de miedo. ¿Por qué lo habían dejado sólo, abandonado a su suerte, en el medio del bosque? La oscuridad cubría todo el campo de visión del chico. Sus pensamientos volaban, inestables, volátiles. No tenía forma de saber qué camino tomar.

Pero, ¿por qué no habrían de dejar sólo a este chico, si no había hecho más que ignorar a todo aquel que alguna vez se había dignado a ayudarlo? Esquivando el contacto social, mostrando una capa de hielo sobre su exterior. Se merecía vivir en la penumbra de sus malos actos.

Existió, en un día distante, pasado, una luz. Un pequeño destello de luz que iluminaba el ambiente. Era un resplandor que funcionaba por cuenta propia. Que, a esa altura, nunca había necesitado de una fuente de energía externa para mantenerse encendido. Que irradiaba desde el interior más de lo que reflejaba del exterior.

Una particular noche, en la cual la oscuridad reinaba de punta a punta, el niño se encontraba caminando por un campo, sólo, con su pequeña esfera de luz. Iluminaba tan solo un par de pasos hacia adelante. En eso, otra luz, una luz igual de tenue, igual de débil que la suya, se hizo presente frente a él. Y él le compartió un poco de su luz. Y esta persona le compartió de la suya. Y de forma casi inmediata, estas dos esferas se convirtieron en un orbe, del tamaño de una pelota de fútbol. Y el campito se iluminó más allá de las cercas de alambre, más allá de los árboles.

Pero los excesos nunca traen equilibrio. Este orbe que habían construido entre los dos, levantó 250km/h por Ruta 8 y chocó de frente contra un camión. Se hizo trizas. En una pequeña pero intensa explosión, el niño salió volando hacia un lado de la carretera, golpeando su humanidad contra el suelo. Y ahí estuvo un par de horas, desamparado, a la intemperie. Cuando por fin pudo volver a recobrar sus sentidos, notó que a su lado yacía su esfera, resquebrajada, y su intensidad era la de una chispa en una fogata. El niño había perdido su escudo, su única defensa contra todo lo que lo rodeaba, y la penumbra inmediatamente volvió a reclamar su terreno. Sin dudarlo, enfiló hacia el bosque, donde el extrañamente reconfortante cobijo de la oscuridad lo esperaba. Esta vez no tenía miedo. Esta vez se manifestó una extraña sensación de pertenencia, de estar en el lugar correcto. De sentirse tal como en casa.

El niño construyó una casita en el lugar más recóndito del bosque, dentro de un entramado de espinas, un lugar al que sólo él podía acceder. Claro que no se la pasaba todo el tiempo ahí. A pesar de sentirse acechado constantemente por los peligros que existían más allá de su refugio, el chico estaba obligado a salir de vez en cuando, en búsqueda de alguien que estuviera capacitado para reconstruir su esfera. Los días pasaban cada vez más rápido, las horas de luz se hacían cada vez más cortas, y el panorama se veía cada vez más difuminado.

Y buscó. Insistió insaciablemente, y, a pesar de que su voluntad nunca mermó, los terrenos en los que se dedicaba a buscar se iban acotando cada vez más. Pero siguió buscando.

Habrán pasado años para que se diera cuenta de que, realmente, no necesitaba que nadie se hiciera cargo de sus propias heridas de guerra. ¿Por qué buscar una solución fuera de sí? ¿Por qué depender de las probabilidades del ambiguo exterior? Él se crearía sus propias probabilidades.

Se dirigió hacia el sótano, decidido a reparar la esfera con sus propias manos.


En algún lugar se esconde esa curiosidad vital de querer saber a quien te vas a cojer en unos días o donde va a parar tu alma después de dejar ésta experiencia humana, a veces, tan sólo a veces el universo trata de avisarte que no es relevante.
¿Que gracia tiene mirar al mañana cuando hoy no sos felis? (Sí, con ese).
¿Que gracia tiene decirme que feliz va con zeta y no con ese cuando ni siquiera tenés los huevos de expresar lo que sentís?
¿Que gracia tiene culpar a Dios por tus errores y quedarte con el crédito cuando todo sale bien?
No se trata de quién es más flaco o quién tiene la razón.
Todos jugamos al juego de la vida, desde el más nerd virgen con olor a chivo podrido hasta el más sopla pija popular pussy licker, nadie se salva.
Normalmente diría que la vida a veces es injusta, esta no es la excepción, la vida a veces es injusta. Duele sentir el gusto amargo del fracaso y aún no saber que sabor u olor tiene la victoria.
Dicen que para llegar al éxito hay que sufrir lo que no está escrito, pero si no está escrito entonces no sé que tanto debo sufrir.
¿Pero saben que es lo mejor de todo?
No sé.. esa pregunta no era retórica.

La soledad implica ser en silencio
la autoridad fomenta estar en el preciso momento
las lágrimas no cuentan cuentos
ni tampoco el amor es violento ( o sí ¿?)
friolento, me siento cómodo bajo el tormento
lluvia sobre la chapa claro que se escucha el viento
y siento, que vale oro todo lo que pienso
siempre tengo razón aunque no diga lo correcto.
Denso el panorama pensando acostado en la cama
si voy a prosperar o voy a andar siempre en pijama (pijama rosadito flúor)
no jodo con demonios pero tengo un crucigrama
no sé si esto es real o son todos hologramas
no soy poeta pero esto es parte de este popurrí
puta concha perra puta pija gordo forro gil
gorda trola zorra concha palida will smith
feliz nací feliz estoy y feliz voy a morir




- davus, crunck enterprise, ruben rada boys.

Http://www.crunckswagga.com

Te quiero Martín.
Tomemos un segundo para ponernos a pensar en los elefantes que crean magnetismos. No tomar ese segundo literalmente como si fuese agua porque una medida de tiempo esta en la cabeza y el agua en (...)
¿Dónde está el agua? Digo, el agua esta en todos lados, ¿no? Esta en nuestro cuerpo, en el sopi, en una gran cantidad de vasos y esta en el cielo también.

Descansa.

Por ahí Dios es el agua, o Dios es todos los compuestos químicos, o dios es sin mayúscula. ¿Para qué existen las mayúsculas después de todo? ¿Habrá llegado Sir. Jhon Mayúscula un día y con ganas de hacerse el propio decidió que algunas letras estaban mas polentosas que otras?
¿Por qué esto solo se aplica en el papel y no en la fonética? Si hay que decir la frase "en mayúscula" cuando estamos leyendo un texto que, efectivamente, esta escrito con este distintivo tipográfico,
¿No es la mayúscula pretty much inútil? ¿Será que la mayúscula está quedando en el pasado? ¿Es la minúscula the new mayúscula? ¿Por qué estoy pensando en mayeutica ahora? ¿Será Socrates Dios? ¿Socrates existió realmente? ¿Si Socrates existió, y era Dios, tiene razón Nietzche cuando dice que Dios esta muerto?

¿Y si Socrates es solo un concepto y Platón estaba loco y la filosofía es una mentira que a la vez es verdadera porque no hay que dogmatizar? ¿Si Socrates no existió, pero es Dios, entonces Dios no solo no ha muerto sino que no ha vivido, entonces no existe pero tampoco existió y quien sabe si existirá? ¿Quién habrá inventado un concepto tan abstracto como Dios? ¿Habrá sido el tataratataratío segundo de Socrates?

¿Dios es EL AGUA EN MAYÚSCULA?
Ora y otrora fue el pasaje de la algarabía
Vocifera el eco grave
Comentándole a las aves
Que el plumaje de la bestia de un gruñido caería.


El vaticinio reza con cuidado:

"A los fieles de este escudo, seréis llevados en hombros
Los que abran fuego a la patria, arderán en el odio".


¡Ardan! ¡Ardan!

Cabezas de turco
Laburen como esclavos
Que así me divierto.


¡Vamos, ardan! Buitres desplumados

El eco vociferó alto
Y el plumaje se les cayó. 



Sentada en esta habitación a solas, con un puñado de poemas que un buen día te dedique, me dedico a soñarte. Con un par de risas tuyas escapándose de entre los cuentitos que me leías en el sofá, estoy, rodeada de las paredes que parecen cada vez más húmedas y frías. Me mira el techo con cara rara cuando ve que, nuevamente, tomo el lápiz y te escribo. La brisa suave, entra por la ventana sacudiendo a las cortinas a quienes empapa de llovizna, y a mi con un par de lagrimas inquietas con ganas de jugarse una maratón hasta la comisura de mi boca. Me acompañan hoy tu recuerdo, un cigarrillo y el cuaderno: Mi fiel compañero de depresiones y bailes sin razones. La lluvia afuera pareciera mojar todo, menos la flor marchita, que guardo dentro de mi pecho desde ya hace un tiempo. Señora luna se me pone a conversar a veces, pero no estoy de humor para sus consejos, yo, muda, me aíslo y la callo de un arrebato. Son noches bebiendo canciones, fumando estrofas amargas para alivianar el caos que pinto en estas páginas. Intentos fallidos mil veces. Sigue la esperanza de sacarlo todo hasta que no quede nada aquí dentro, pero es que estas tan agarrada que ni el olvido se te acerca. Dos por tres te leo algún libro en voz alta, como si me escucharas, con tanta emoción que cada signo de exclamación tiembla al ser leído. Pero llega el punto final y se me apaga la voz y se me destruyen los esquemas. Sentada en esta habitación, con el mismo puñado de poemas, los mismos que un buen día te dediqué, me dedico a hacerte el amor con esta tinta que hoy, vacía, me confiesa: "Me cansé de escribir en nombre del dolor."
Happily
my dear beloved
my bones
are in peace besides 
of my dead body
All my  memories
will be the flowers
over my grave
and very tiny birds
comes to visit me
past the evening
So
I´m not alone
I am a blend of a delicious chaos
soil mud
dried leaves
stormy winds
scandalous and small worms
in a world without noise
full of music
possibly
a Gould variation
to falling asleep

Me quema y ardo. Me ensucia y sufro. Toma mis entrañas sin permiso y tira, y no sé si lo hace con el propósito de admirar mis raíces o simplemente para burlarse de ellas. Usted, tantos años dentro de mi y yo sigo sin conocer sus intenciones. Me llama su hogar y yo lo cuestiono. Habita en mi buscando protección, pero ¿Cómo me protejo yo de usted? ¡Hombre, ¿no ve que cada caricia de usted es una herida en mi alma?! ¡Hombre, abra los ojos! ¡Me está rompiendo! Me está rompiendo para satisfacerse, para cuidarse usted. ¿Y yo donde me cuido? ¿Dónde me escondo yo de tanto mal?
Mis ríos sangran, mis mares lloran y no se da cuenta que de a poco muero. Que de a poco morimos. ¿Cuando caerá en la cuenta de que mi destrucción va de la mano con su destrucción? ¿Qué si yo caigo, usted cae? Y le aseguro con las pocas fuerzas que me deja que no habrá nada abajo para mantenerlo de pie, tan solo el vacío tratando de ahogarlo.
No haga que nada ha pasado, no mire hacia un costado y finja que no existo, que no estoy, porque soy yo la que lo sostiene, la que lo mantiene a salvo. Y aunque no se atreva a admitirlo, soy lo único que tiene, lo único que le queda si se queda solo. Me arrodillo pidiendo piedad. Rogándole que no permita que mi cuerpo se vuelva cenizas, que su cuerpo no sea parte de una tierra infértil Imploro calma en mi interior y sabe que solo usted es capaz de brindarmela. Que contradictoria resulta ser la vida que la persona que provoca mis tormentas es la misma con el poder de calmarlas. No sea cobarde Hombre, ayúdeme a sentirme viva de nuevo. Apacigüe mis aguas, grítele a mis tornados y pídale que se detengan, porque me duele. ¡Haga algo! ¡No cierre los  ojos y simule estar ciego! Porque pronto, cuando se acerque el momento de estallar, quien elegirá pensar que usted no existe, seré yo. Porque recuerde: si yo estallo, usted estalla conmigo